Dulce de leche sin lactosa

Hoy os traigo una receta que se va a convertir en un básico de vuestra despensa: el dulce de leche sin lactosa. ¡Queda riquísimo!

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Para realizar este delicioso dulce solamente necesitáis:

  • 1 litro de leche sin lactosa
  • 300 gr de azúcar
  • 1 cucharadita de bicarbonato
  • 1/2 cucharadita de esencia de vainilla

dulce de leche sin lactosa

La receta yo la he elaborado con «Thermomix», pero os dejo un enlace con el paso a paso para poder hacerlo de manera tradicional.

Con Thermomix únicamente debéis echar todos los ingredientes en el vaso, y programar 40 min, temperatura Varoma y velocidad 5, colocando el cestillo en el bocal. Cuando acabe el tiempo, lo vertéis en unos frascos de vidrio, ¡y listo!

En la receta tradicional que os enlazo, los ingredientes varían ya que como yo no soy excesivamente golosa, no le añado tanto azúcar. Creerme, el resultado con menos azúcar es también ideal.

Si no está muy espeso… ¡no os preocupéis! A medida que se vaya enfriando se irá espesando.

¡Qué lo disfrutéis!

dulce de leche sin lactosa

Rosquillas tradicionales sin lactosa

Hoy os traigo la receta para hacer unas rosquillas rápidas, deliciosas y sin lactosa. El resultado os encantará, además las podéis hacer en cualquier momento y os resolverán alguna merendilla.

Rosquillas tradicionales sin lactosa

Aquí tenéis los ingredientes:

  • 1 huevo grande o 2 medianos
  • 4 cucharadas de azúcar
  • 3 cucharadas de leche semidesnatada sin lactosa
  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 cucharada de anís o zumo de naranja (al gusto)
  • 300 gr de harina de repostería
  • Aceite vegetal para freír
  • Azúcar glas para decorar

Rosquillas tradicionales sin lactosa

La elaboración de estas sencillas rosquillas se puede resumir en 3 pasos, ¡no os perdáis ninguno y os saldrán perfectas!

  1. Mezclamos en un bol la leche, el aceite de oliva, el azúcar, el anís o el zumo de naranja, el huevo y la sal. Lo removemos muy bien hasta que quede una mezcla homogénea.              Rosquillas tradicionales sin lactosa whatsapp-image-2016-11-12-at-19-46-00
  2. A continuación vamos añadiendo la harina poco a poco, y vamos removiendo. Llegará un momento en que la masa esté bastante espesa y debamos amasarla con las manos. Amasaremos unos minutos hasta que la masa tenga un aspecto uniforme.Rosquillas tradicionales sin lactosa Rosquillas tradicionales sin lactosa
  3. Dejamos reposar unos minutos la masa y vamos calentando el aceite para freír nuestras rosquillas. Cogemos porciones de masa, hacemos un churro y juntamos los bordes. En el momento en que tengamos varias podemos comenzar a freír, cuando estén doraditas, las ponemos en papel absorbente y a continuación las pasamos por azúcar glas. Dejamos enfriar… ¡y listo!

Rosquillas tradicionales sin lactosa

Rosquillas tradicionales sin lactosa

Rosquillas tradicionales sin lactosa

Consejo: podéis hacerlas con leche entera en lugar de semidesnatada, pero a mí me salió un buen resultado con la leche semi.

Os dejo una foto del resultado final, espero que os gusten y que las hagáis en casa, ¡os encantarán!

Rosquillas tradicionales sin lactosa

¿Qué es la lactosa? ¿Y la lactasa?

¿Te has preguntado alguna vez qué es la lactosa? ¿Y la lactasa? Vamos a intentar explicar todos los detalles sobre esta sustancia de una manera sencilla.

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Antes de entrar en detalle, hay que saber que la lactosa es un azúcar. Pero, ¿qué es un azúcar?

El azúcar es, en resumen, la fuente de energía más usada por todos los seres vivos, incluyendo los microorganismos. Pero no pensemos en el azúcar como ese producto blanco (o moreno) que se le echa al café por las mañanas, es mucho más que eso. El azúcar está presente en casi todos los alimentos que tomamos, incluyendo frutas y verduras. De hecho, en España gran parte del azúcar industrial procede de la remolacha. No solamente existe un tipo de azúcar, ¡sería demasiado simple! Vamos a poner dos azúcares muy conocidos, el azúcar blanco y la lactosa. ¿Por qué estos dos concretamente? Porque son productos bastante parecidos y que uno sí es tolerable por los intolerantes a la lactosa. ¡Vamos a ver por qué!

El azúcar blanco realmente se llama Sacarosa y está formado por dos moléculas. No nos centremos tanto en el nombre, si no en que son dos moléculas unidas con un enlace determinado.

Esas dos moléculas están unidas a través de un oxígeno y en definitiva, para ser absorbidas, debemos separarlas de la siguiente forma:

Esto se llama romper un enlace, pero ¿Por qué tenemos que romper los enlaces? Porque nuestro metabolismo utiliza las moléculas simples satisfacer las necesidades. Es decir, una sola molécula es un azúcar simple, que sí podemos absorber. Todo lo que no sea un azúcar simple, como es el ejemplo de la sacarosa, previamente ha de descomponerse. En este caso romper el enlace es muy sencillo, y todos los seres humanos podemos hacerlo.

La lactosa también tiene dos moléculas, al igual que la sacarosa. Veamos un esquema de la lactosa:

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Comparándola con la sacarosa, vemos que el enlace es un poco diferente. La intolerancia a la lactosa consiste en que nuestro cuerpo no puede romper ese enlace en concreto, por lo que nuestro organismo no lo absorbe antes de llegar a la flora intestinal, donde los microorganismos se lo comen, creando ácidos grasos y diferentes gases que son los que provocan los síntomas que tantos problemas producen. Y esta es la razón por la que el azúcar común no nos sienta mal pero la lactosa sí.

¿Cómo se rompen los enlaces? Se encargan unas partículas que generan nuestro cuerpo llamadas enzimas. Estas partículas aceleran las reacciones químicas, siempre que sean posible. Para entenderlo mejor, pensemos que la enzima es una tijera. La enzima cortaría el enlace, dejando las dos moléculas simples, permitiendo que nuestro cuerpo adquieran esos nutrientes.

¿Qué es la lactasa? Es la enzima que se encarga de romper el enlace de la lactosa. La intolerancia a la lactosa consiste en que el organismo no puede generar esta enzima, produciendo el proceso que acabamos de mencionar. Uno de los procesos más usados para la producción de leche sin lactosa es sencillamente añadir lactasa a la leche, teniendo leche con el azúcar simple. Esa es la razón por la que nos sabe más dulce que la leche normal. También algunos intolerantes a la lactosa pueden tomar alimentos con lactosa tomando la enzima antes de comer. ¡Cómo si la produjera su propio organismo!

¿De dónde viene la lactosa? Sólo de la leche, sea cual sea el origen. Dependiendo del animal, puede contener más o menos lactosa. La leche materna tiene cerca de 7 g de lactosa por cada 100 ml, mientras la de vaca suele tener sobre 4,8 g. (Puedes usar la herramienta de Google para calcular la lactosa que tiene una porción buscando azúcar leche, o directamente pulsando aquí).

¿Sólo podemos encontrar lactosa en los productos lácteos? NO, hay otros muchos productos que se le añaden lactosa, ya sea como conservante o excipiente (Sustancia que se mezcla con los medicamentos para darles consistencia, forma, sabor u otras cualidades que faciliten su uso), o para mejorar el rendimiento de algunos procesos, como podría ser la fabricación de cerveza. En un futuro artículo podremos ver cómo detectar la presencia de lactosa en un producto, aunque siempre viene indicado en el etiquetado, en la zona de los ingredientes.

Esperamos que este artículo os haya servido, y si os ha gustado, estaremos encantados de hacer más artículos de este estilo.

Y si tenéis dudas, podéis dejarlas en los comentarios. ¡Estaremos encantados de responderlas!

Galletas de margarina con chocolate

Hoy os traemos estas deliciosas galletas de chocolate, elaboradas con margarina. Son perfectas para las meriendas ahora que empieza el frío, y acompañadas de un buen café… ¡están de vicio!

Galletas de margarina con chocolate

A continuación os dejamos los ingredientes:

  • 75 gr de margarina FLORA
  • 150 gr de azúcar
  • 1 huevo
  • 150 gr de harina
  • 100 gr (aprox.) de chocolate negro 70% cacao, o chocolate con leche sin lactosa
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 1/2 sobre de café soluble o 1 cucharadita de esencia de vainilla

No os perdáis ni un paso, son muy sencillas y ¡el resultado os va a encantar!

  • En primer lugar debemos poner a precalentar el horno a 180ºC, y después, os recomiendo que vayáis pesando los ingredientes para poder ir más rápido al elaborar la receta.
  • A continuación, mezclamos la margarina con el azúcar, hasta obtener una textura cremosa. No hace falta que saquéis la margarina un rato antes de la nevera, como hacemos con la mantequilla, ya que incluso recién sacada va a estar blandita.
  • Para lograr esa textura cremosa, tendréis que insistir un poco con las barillas, y si veis que es complicado, siempre podéis utilizar un robot de cocina o unas barillas eléctricas. Tendréis que pasar de una textura grumosa, como la fotografía que os muestro aquí, a una cremosa, como la siguiente. Un truco para facilitar el batido es colocar un trapo de cocina debajo del bol, y así se moverá menos.

Galletas de margarina con chocolate Galletas de margarina con chocolate

  • El siguiente paso es añadir el huevo, y continuar batiendo hasta integrarlo por completo.

Galletas de margarina con chocolate Galletas de margarina con chocolate

  • Una vez que el huevo se haya integrado bien en la masa, añadimos la harina junto con el bicarbonato, la sal y el café y seguimos removiendo hasta que quede homogéneo. Si en lugar de café echáis esencia de vainilla o el café líquido, ponedlo a la vez que el huevo.

Galletas de margarina con chocolate

  • Ya solamente tendremos que añadir el chocolate picadito, colocamos la masa en la bandeja de horno, las dejamos reposar un ratito y horneamos unos 15 minutos, dependiendo del horno, y ¡galletas listas!

Galletas de margarina con chocolate

El punto de las galletas es, crujiente por fuera y blandita por dentro. Para saber si están hechas, podéis pincharlas con un palillo, y si sale limpio, ya están cocinadas.

Consejo: tenéis que poner las galletas en la bandeja con una cierta separación, si no, al calentarse, se pegarán unas a otras. Podéis hacerlas grandes, como yo, o más pequeñitas y guardarlas en un tarro hermético, y así os durarán más tiempo, ¡aunque están tan ricas que en mi casa no duraron!

Os dejo una foto del resultado, ¡qué las disfrutéis! y recordad, con recetas como esta… ¡vivir sin lactosa es la leche!

Galletas de margarina con chocolate

Pastel de atún

Hoy preparamos… un pastel de atún express en el microondas.

pastel-de-atunEste pastel de atún es una receta muy sencilla y muy rápida que puede haceros un apaño en cualquier momento. A continuación os dejo los ingredientes:

  • 2 latas de atún
  • 3 huevos
  • 9 palitos de cangrejo
  • 2 cucharadas de tomate frito
  • 3 cucharadas de mayonesa casera (o cualquiera sin lactosa)

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  • Lo primero que tenemos que hacer es escurrir bien las latas de atún. Yo las escurro, como veis en la foto, utilizando un vaso pequeño, y dejando que caiga el aceite.
  • Ahora solamente tenemos que poner todos los ingredientes juntos y triturar hasta que quede homogéneo, ya os lo dije, ¡rápido y sencillo! En este caso yo he utilizado un robot de cocina, pero lo podéis hacer perfectamente con la batidora. Si lo hacéis con la batidora os recomiendo que lo vayáis añadiendo poco a poco.
  • Una vez triturado, lo ponéis en un molde apto para microondas. Si no es anti- adherente, engrasarlo un poco con aceite.

pastel-de-atun

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  • El último paso es cocinarlo en el microondas, a máxima potencia unos 10 minutos. Cuando acabe el tiempo, lo pincháis como un bizcocho, y que salga el cuchillo limpio. Si aún no está cocinado, programáis unos minutos más.

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Consejo: podéis sustituir los palitos de cangrejo por 200 ml de nata líquida sin lactosa, si la encontráis en vuestro supermercado, aunque los palitos de cangrejo le dan un buen sabor.

¿Puedo utilizar tomate frito casero para esta receta? Mi consejo es que no, porque el tomate frito casero suele estar más «aguado» y entonces nuestro pastel no quedaría con buena consistencia. Lo que sí podéis utilizar es ketchup.

¡Qué lo disfrutéis!

pastel-de-atun

Haz tu propio pan rallado casero

 Pan rallado casero

Como os comentaba en el Blog, una buena forma de ahorrar en la cesta de la compra y evitar algún que otro susto con la lactosa, es fabricar nuestro propio pan rallado casero.

Para ello, debemos ir guardando los cachitos de pan que van sobrando día a día y cuando tengamos bastantes, los colocamos en una fuente que se pueda introducir en el horno. Lo ideal es aprovechar el calor del horno después de hacer un asado, o una tarta, y así no generamos un gasto extra de electricidad.

Pan rallado caseroEl pan lo tendremos unos 5 minutos a 180 grados por un lado, y otros 5 minutos por el otro. ¡Atención! Si ponéis poca cantidad de pan, estará listo en menos de 10 minutos, os recomiendo que al principio tengáis mucho cuidado, hasta que cojáis el punto de vuestro horno.

¿Por qué tostamos el pan? El pan lo tostamos para quitar toda la humedad del mismo y evitar que a nuestro pan rallado le pudiese salir moho y lograr un gusto más crujiente.

Una vez tostado nuestro pan, lo dejamos enfríar un poco y lo rallamos. Para rallarlo, podéis utilizar un pasapurés o incluso el accesorio de picar de la batidora, depende de si os gusta más o menos fino y ya tenemos listo nuestro pan rallado casero.

¿Se puede hacer pan rallado con otros tipos de pan? Yo he probado a hacer el pan rallado con pan sin sal, y sale bien… pero para empanar no sirve ya que se quema demasiado pronto, aunque sí lo podéis utilizar para cocinar, por ejemplo.

¿Cómo conservar nuestro pan rallado? Lo ideal es guardarlo en botes de cristal herméticos. Podéis guardar los tarros de los pimientos o los del café y decorarlos a vuestro gusto, y así, además de reciclarlos, darán un toque de alegría a vuestra cocina.
Pan rallado casero

Copa de granada al vino tinto y yogur sin lactosa

granada al vino tinto Hoy quiero compartir esta receta que es perfecta para un postre o una merienda. Se trata de una receta muy sencilla e ideal para el otoño, aprovechando las frutas de temporada. El resultado ha sido inmejorable y os aseguro que alegrará vuestra mesa y vuestro paladar.

A continuación os dejo los ingredientes:

  • 350 ml de vino tinto
  • 150 ml de agua
  • Ralladura de limón
  • 2 ramitas de canela
  • 100 gr de azúcar (a poder ser moreno)
  • 2 granadas (aproximadamente)

granada al vino tinto


Preparación:

  • En primer lugar, vamos sacando las pepitas de la granada, con cuidado de no mancharnos la ropa, ¡las manchas de granada son como las de las cerezas! Una vez que la tenemos desgranada, reservamos en un cuenco para utilizarlo más tarde.
  • Ahora echamos el vino y el agua en un cazo y añadimos el azúcar, la ralladura de limón y las ramitas de canela. El vino no debería llevar lactosa ya que en el proceso de fabricación del mismo no entra en juego la leche, pero si no os sienta bien o no queréis arriesgar, podéis elaborar el almíbar con agua, como el de las tartas, eso sí, poned más limón del que yo he puesto, y no os olvidéis de mirar las etiquetas del vino al comprarlo.granada al vino tinto
  • Cuando el vino llega a ebullición, vamos removiendo con una cuchara de madera para evitar que el azúcar se pegue en el fondo del cazo. Lo dejamos que reduzca hasta la mitad del volumen que había al principio, lo colamos, y reservamos, yo lo tuve cerca de 20 minutos.

granada al vino tinto

  • Ya lo tenemos todo listo, así que vamos a a montar nuestra copa. Primero hay que verter el almíbar en el recipiente de la granada, pero antes reservaremos un par de cucharadas de la granada para decorar.
  • Elegimos una copa en la que nuestro postre destaque y echamos unas 4 cucharadas de la granada con el almíbar, este paso es a vuestro gusto. Después yo he elegido un yogur natural  0% (sin azúcar, que nuestro almíbar ya tiene bastante) de Kaiku Sin Lactosa y lo he batido bien con una cuchara para lograr una textura cremosa. Por encima simplemente he colocado unos granos de la granada natural para conseguir un punto crujiente.

Os dejo algunas fotos del resultado, y ¡qué lo disfrutéis!

granada al vino tinto

granada al vino tinto

¿El pan rallado tiene lactosa?

pan rallado

Hace poco fui a mi supermercado habitual a comprar pan rallado para poder terminar mis queridas croquetas y me llevé la sorpresa de que, ciertas marcas e incluso pan rallado de la panadería, contienen trazas de leche.

Normalmente yo no suelo comprar pan rallado porque lo hacemos en casa, pero ese día me quedé sin ello y creerme, aún no he salido de mi asombro. La verdad es que con esto de la intolerancia a la lactosa, me estoy dando cuenta de que, tanto si se tiene alguna intolerancia alimentaria como si no, deberíamos mirar los etiquetados más a menudo para saber siempre lo que estamos comiendo.

Dicho esto, en la pestañita de “Consejos”, os voy a dejar explicado cómo preparo yo mi propio pan rallado. Se trata de un procedimiento muy sencillo y con el que además os evitáis tirar esas cantidades de pan que se desperdician diariamente y ahorrar algo de dinerillo.

Recomendación: tanto para vuestra vida diaria como para, en este caso, elaborar el pan rallado, os recomiendo que preguntéis en vuestra panadería habitual si el pan que trabajan contiene trazas de leche y si lo compráis en supermercado, comprobad las etiquetas del envasado, ya que podéis llevaros alguna que otra sorpresa.

Gracias por seguirme y espero que os sea de utilidad.

Croquetas de jamón sin lactosa

Hoy quiero compartir con vosotros la receta para hacer unas croquetas de jamón sin lactosa estupendas. Esta receta ya la he elaborado en varias ocasiones, pero la bechamel no terminaba de quedar con la consistencia que quería, ahora ya he encontrado las proporciones perfectas.

A continuación os dejo los ingredientes:

  • 30 gr de cebolla
  • 25 gr de aceite de oliva
  • 35 gr de margarina FLORA
  • 80 gr de harina
  • 80 gr de maizena
  • 700 ml de leche sin lactosa semidesnatada PASCUAL
  • 150 gr de jamón serrano
  • Nuez moscada, pimienta y sal al gusto

Preparación:

  • Lo primero que tenéis que hacer es picar el jamón del tamaño que os guste, en mi caso, para ahorrarme este paso, lo compré en la carnicería y le pedí a mi carnicero que me lo picara él con la picadora. Una vez que lo tengáis en trocitos, lo reserváis para utilizarlo más tarde.
  • El segundo paso es picar la cebolla también del tamaño que os guste, si tenéis robot de cocina podéis aprovecharlo y si no, a cuchillo, ¡como toda la vida! Una vez que la piquéis, la echáis en el recipiente donde vayáis a cocinar las croquetas, yo recomiendo una cazuela un poco alta ya que será más fácil elaborar la bechamel. A continuación hay que cocinar esa cebolla junto con el aceite y la margarina, el punto ideal de cocinado de la cebolla es hasta que se quede transparente, no la dejéis dorarse.
  • Cuando le cebolla esté lista, añadimos la harina y la maizena y removemos muy bien con una cuchara de madera hasta que se haga una textura cremosa, trabajamos esa mezcla durante, más o menos, un minuto para que la harina se tueste y no quede cruda.
  • El siguiente paso es quizá el más trabajoso, pero nunca hay que tener miedo a la bechamel, una vez que sale por primera vez… ¡sale siempre!. Añadimos la leche, si está fría de la nevera, la vamos añadiendo poco a poco a la vez que vamos removiendo, bien con una cuchara de madera o con unas barillas si os resulta más sencillo, si la leche está tibia o incluso templada previamente, se puede añadir toda de una vez. En este mismo paso añadimos la sal, la nuez moscada y la pimienta, al gusto, así como 4 cucharadas del jamón que habíamos picado anteriormente.
  • Removemos la mezcla hasta el punto de hervor de la leche y procurando que se disuelva bien la harina, continuamos removiendo hasta que espese. El punto de espesor lo observaréis fácilmente, pero si no es el caso, lo ideal sería que al levantar la barilla, la mezcla cayera en bloque. Una vez espesada, apagáis el fuego y añadís el resto del jamón, removiéndolo con movimientos envolventes.
  • Llegados a este punto… ¡tenéis la masa hecha! Ahora podéis dejarla reposar en una fuente previamente untada con margarina para que no se quede pegada, y eso si, ¡muy importante! tapadla con un film transparente hasta el momento en que les deis forma, así no se hará una costra y por tanto no se abrirán al freírlas.

Aquí os dejo unas fotos del proceso y del resultado:

croquetas de jamón sin lactosa

croquetas de jamón sin lactosa

croquetas de jamón sin lactosa

¡Qué las disfrutéis y espero que compartáis conmigo los resultados en las redes sociales!

¡Bienvenidos!

sin lactosa

Hace algo más de un mes me diagnosticaron intolerancia a la lactosa y desde ese momento no he dejado de pensar en todas esas cosas que tenía que dejar de comer, hasta que ,un día, una voz en mi cabeza dijo… ¡eh, vivir sin lactosa también puede ser la leche!

Los comienzos suelen ser difíciles y en este caso no podía ser menos. Al principio me costó aceptarlo y pensaba que no era cierto y se estaban equivocando conmigo, pero el tiempo y algún fatídico plato de queso después, dieron la razón a mi médico.

Durante el primer mes, me gusta llamarlo “de adaptación”, mi alimentación se basaba en todos esos productos que se apellidan “sin lactosa”, dejé de comer algunas comidas que antes me encantaban y comencé a aburrirme y a lamentar el día en que me quitaron mis queridas croquetas.

Así que, una mañana me levanté y acepté que mi vida no podía cambiar porque mi intestino delgado no contase con suficientes enzimas para romper la lactosa que ingería y que tenía que hacer todo lo posible para encontrar la manera de seguir siendo la leche, viviendo sin lactosa.

Mediante este espacio quiero compartir mi experiencia con la intolerancia a la lactosa, ya que aún la estoy descubriendo, y todas esas recetas y truquillos para que vosotros, al igual que yo, podáis disfrutar de una alimentación completa, variada y sobretodo, sin privaros de nada.

Muchas gracias por seguirme.