Hoy quiero compartir esta receta que es perfecta para un postre o una merienda. Se trata de una receta muy sencilla e ideal para el otoño, aprovechando las frutas de temporada. El resultado ha sido inmejorable y os aseguro que alegrará vuestra mesa y vuestro paladar.
A continuación os dejo los ingredientes:
- 350 ml de vino tinto
- 150 ml de agua
- Ralladura de limón
- 2 ramitas de canela
- 100 gr de azúcar (a poder ser moreno)
- 2 granadas (aproximadamente)
Preparación:
- En primer lugar, vamos sacando las pepitas de la granada, con cuidado de no mancharnos la ropa, ¡las manchas de granada son como las de las cerezas! Una vez que la tenemos desgranada, reservamos en un cuenco para utilizarlo más tarde.
- Ahora echamos el vino y el agua en un cazo y añadimos el azúcar, la ralladura de limón y las ramitas de canela. El vino no debería llevar lactosa ya que en el proceso de fabricación del mismo no entra en juego la leche, pero si no os sienta bien o no queréis arriesgar, podéis elaborar el almíbar con agua, como el de las tartas, eso sí, poned más limón del que yo he puesto, y no os olvidéis de mirar las etiquetas del vino al comprarlo.
- Cuando el vino llega a ebullición, vamos removiendo con una cuchara de madera para evitar que el azúcar se pegue en el fondo del cazo. Lo dejamos que reduzca hasta la mitad del volumen que había al principio, lo colamos, y reservamos, yo lo tuve cerca de 20 minutos.
- Ya lo tenemos todo listo, así que vamos a a montar nuestra copa. Primero hay que verter el almíbar en el recipiente de la granada, pero antes reservaremos un par de cucharadas de la granada para decorar.
- Elegimos una copa en la que nuestro postre destaque y echamos unas 4 cucharadas de la granada con el almíbar, este paso es a vuestro gusto. Después yo he elegido un yogur natural 0% (sin azúcar, que nuestro almíbar ya tiene bastante) de Kaiku Sin Lactosa y lo he batido bien con una cuchara para lograr una textura cremosa. Por encima simplemente he colocado unos granos de la granada natural para conseguir un punto crujiente.
Os dejo algunas fotos del resultado, y ¡qué lo disfrutéis!
¡Qué pintaca!